La mariología de Roberto Carlos.

O Rei, antes de empezar a cantar con un «¡Que Nuestra Señora nos bendiga a todos!», recuerda a los presentes cuántas veces acudimos en los momentos de aflicción a la Virgen María para que interceda por nosotros, y la devoción con la que debemos agradecer las gracias recibidas. A esa Nossa Senhora que da título a la canción le dedica una letra, un rezo:

Cúmbreme con tu manto de amor,
mírame con la paz de tu mirada,
cúrame las heridas y haz que soporte mi dolor.
Que mis pies aguanten pisar las piedras de mi camino,
y aun herido de espinas, ayúdame a seguir.

Y si quedaran manchas en mí,
Madre, quítalas de mi corazón:
y a quienes hice sufrir, pido perdón.

Si mi cuerpo se inclina por el dolor,
me alivia el peso la cruz:
intercede por mí, Madre mía, ante Jesús.

Nuestra Señora, dame la mano,
cuida de mi corazón,
de mi vida, de mi destino,
de mi camino: cuida de mí.

Siempre que asome mi llanto
pon tus manos sobre mí:
aumenta mi fe y apacigua mi corazón.

Es mucho lo que tengo que pedir:
la misericordia, el perdón,
la curación del cuerpo y la salvación del alma.

Pobres pecadores, oh Madre,
ten necesitados de ti,
Santa Madre de Dios, ten piedad de nosotros.
De rodillas a tus pies,
acércanos tus manos.

Ruega por todos:
nosotros tus hijos, mis hermanos.

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