EN ESTA CASA SE REZABA EL ROSARIO CADA DÍA...
Una cosa extraordinaria sucedió en Hiroshima. Una pequeña comunidad de padres jesuitas vivía en una casa cerca de la iglesia parroquial, situada solamente a ocho cuadras del centro del estallido de la bomba.
A pesar de que Hiroshima fue destruida por la bomba atómica, los ocho miembros de la pequeña comunidad jesuita escaparon ilesos, mientras que cada persona que estaba dentro de un radio de apenas un kilómetro y medio del centro de la explosión, falleció. La casa donde vivían los jesuitas, cercana a la iglesia, todavía estaba en pie, mientras que el templo estaba completamente destruido.
El reverendo padre Hubert Schiffer, S.J. fue uno de los sobrevivientes. Tenía 30 años cuando estalló la bomba atómica en Hiroshima y vivió otros 30 años de buena salud.
Él narró sus experiencias de Hiroshima durante el Congreso Eucarístico que se llevó a cabo en Filadelfia (EUA) en 1976. En ese entonces, los ocho miembros de la comunidad jesuita todavía estaban vivos.
El padre Schiffer fue examinado e interrogado por más de 200 científicos, que fueron incapaces de explicar cómo él y sus compañeros habían sobrevivido en medio de miles de muertos.
El jesuita explicó que esa casa hubo una sola cosa diferente: "Ahí el santo rosario era rezado por todos juntos cada día".
De Un minuto de reflexión..., contraportada del Misal Mensual, editado por la Obra Nacional de la Buena Prensa. Octubre, 2012. Año XLVI. N. 531.
Pie de foto:
EL BOMBARDERO Y EL MISIONERO: OTRA INUSUAL REUNIÓN DE HIROSHIMA.
El Mayor Robert Lewis (1), quien piloteaba el aeroplano que soltó una bomba atómica sobre Hiroshima, habla con un sobreviviente de aquel bombardeo nuclear, el reverendo Hubert Schiffer, un sacerdote jesuita alemán, que se encontraba a ocho cuadras de la zona cero. Ayer, 6 de agosto de 1957, 12o. aniversario del bombardeo, se encontraron en Nueva York.
Fuente de foto: conelrad.blogspot.mx/…/bomber-and-miss…