Encuentro con el poseso al que el Papa puso las manos
"Te conjuro, Satán, enemigo de la humana salvación, que reconozcas la justicia y la bondad de Dios Padre, el cual condenó con justo juicio tu soberbia y envidia".
Así comienza la fórmula imperativa del exorcismo, una frase que Ángel V. ha escuchado en numerosas ocasiones. Este hombre de mirada lánguida y afligida y maneras suaves -al menos mientras no cae en uno de sus trances- es mexicano, procede del estado de Michoacán, tiene 43 años, dos hijos... y cuatro demonios metidos en su interior.
Cuatro demonios que -dice- le atormentan desde hace 14 años y de los que no han conseguido librarle ninguno de los más de una decena de exorcistas que le han examinado en los últimos años, incluidos algunos de los más reputados especialistas en combatir al maligno como el padre Gabriele Amorth, exorcista de la diócesis de Roma desde hace 26 años y autor de más de 150.000 exorcismos.
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Así comienza la fórmula imperativa del exorcismo, una frase que Ángel V. ha escuchado en numerosas ocasiones. Este hombre de mirada lánguida y afligida y maneras suaves -al menos mientras no cae en uno de sus trances- es mexicano, procede del estado de Michoacán, tiene 43 años, dos hijos... y cuatro demonios metidos en su interior.
Cuatro demonios que -dice- le atormentan desde hace 14 años y de los que no han conseguido librarle ninguno de los más de una decena de exorcistas que le han examinado en los últimos años, incluidos algunos de los más reputados especialistas en combatir al maligno como el padre Gabriele Amorth, exorcista de la diócesis de Roma desde hace 26 años y autor de más de 150.000 exorcismos.
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