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Padre Manuel Guerra Gómez -La Masonería (2) El sacerdote Manuel Guerra Gómez descubre en su último ensayo el desmesurado poder de esta organización secreta. Manuel Guerra Gómez (Villamartín de …Más
Padre Manuel Guerra Gómez -La Masonería (2)
El sacerdote Manuel Guerra Gómez descubre en su último ensayo el desmesurado poder de esta organización secreta.
Manuel Guerra Gómez (Villamartín de Sotoscueva, Burgos, 1931) es sacerdote y doctor en filología clásica y en teología patrística.
Es doctor en filología clásica y en teología patrística. Es consultor de la Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales de la Conferencia Episcopal Española además de miembro de la Real Academia de Doctores de España. Ha sido catedrático y presidente de la Facultad de Teología del Norte de España, sede de Burgos. Especializado en la Antigüedad clásica, historia de las religiones, sectas y masonería, ha escrito múltiples artículos y varios libros.
Es miembro de la International Association of Patristic Studies, de la Sociedad Española de Ciencias de la Religión y de la Sociedad Española de Estudios Clásicos.
Conoce el sánscrito, lengua de los libros religiosos del hinduismo, budismo y jainismo.
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PazyBien2010
–El mal peor del mundo actual es su voluntad de construirse sin Dios y contra Dios. De ese mal vienen todos los otros (Rm 1,18-32). Ante el mal del mundo pecador no basta, pues, cualquier género de denuncia; es necesario denunciarlo señalando su causa. Si no, todo intento de salvación será inútil. De un diagnóstico falso no puede venir una terapia adecuada. Ya he dicho que el mundo tolera que …Más
–El mal peor del mundo actual es su voluntad de construirse sin Dios y contra Dios. De ese mal vienen todos los otros (Rm 1,18-32). Ante el mal del mundo pecador no basta, pues, cualquier género de denuncia; es necesario denunciarlo señalando su causa. Si no, todo intento de salvación será inútil. De un diagnóstico falso no puede venir una terapia adecuada. Ya he dicho que el mundo tolera que se denuncien sus males; lo que no permite es que se señale el origen principal de ellos. Es preciso, pues, que los cristianos no sólamente conozcan y afirmen la monstruosidad del mundo secularizado, sino también que atribuyan sus maldades a que deliberadamente está construido sin Dios. Así lo ha hecho siempre el Magisterio apostólico. Pío XI, por ejemplo, al comienzo de su encíclica Quas primas (1925), recuerda que en su primera encíclica (Ubi arcano, 1922),
Padre José María Iraburu.
infocatolica.com/…/1301100410-203-…