La primera ordenación sacerdotal del Opus Dei, 25 de junio de 1944
25 junio 2013
El 25 de junio se cumple un nuevo aniversario de la primera ordenación de sacerdotes del Opus Dei: el Venerable Mons. Álvaro del Portillo y los Siervos de Dios D. José María Hernández Garnica y D. José Luis Múzquiz de Miguel, todos ellos actualmente en proceso de canonización.
Se recogen a continuación unos párrafos de la reciente biografía de D. José María, ROTURANDO LOS CAMINOS, de D. José Carlos Martín de la Hoz, a propósito de este aniversario, que recogen anoptaciones de una meditación de D. José María Hernández Garnica de este mismo día del año 1972.
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San Josemaría con los tres futuros sacerdotes pocos días antes de su ordenación
«Pocos meses después de terminar la guerra civil española, y una vez superados los momentos de dificultades interiores, [San Josemaría] le planteó la posibilidad de prepararse para su ordenación sacerdotal. Como escribía don José María en 1972: “El Padre nos había hecho ver bien claramente la necesidad de sacerdotes en la Obra, que llegaran al sacerdocio después de haber vivido la vocación propia nuestra, para ayudar con su predicación -de acuerdo con las directrices señaladas por el Padre- a la formación de sus hermanos, y para colaborar en su dirección espiritual, sobre todo a través del Sacramento de la Penitencia” [cfr. Meditaciones, 25.VI.1972, AGP, JHG, E-74, p. 1].
»Al recordar ese evento, comentaba D. Álvaro del Portillo: “¡Todo fue muy sencillo! No hay nada barroco en la Obra. Nuestro Padre sabía perfectamente que podía disponer de nosotros, y nosotros respondimos libremente, sin ninguna coacción” [S. BERNAL, Recuerdo de Álvaro del Portillo, p. 84].
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Mons. Eijo y Garay y los tres nuevos sacerdotes, el día de su ordenación, 25-VI-1944
»Se fueron celebrando los diversos ritos. “El 20 tuvo lugar en el Palacio Episcopal de Madrid la Tonsura, según lo establecido en aquella época por las leyes de la Iglesia. Luego, los días 21 y 23, las órdenes menores. El 28 de mayo, Mons. Marcelino Olaechea, Obispo de Pamplona, les confirió el Subdiaconado en el oratorio de Diego de León. El 3 de junio, en la capilla del Seminario de Madrid, recibieron el Diaconado, de manos de Mons. Casimiro Morcillo, Obispo Auxiliar de Madrid-Alcalá. Finalmente, Mons. Leopoldo Eijo y Garay ofició la ordenación de presbíteros el 25 de junio, en la capilla del Palacio Episcopal” [S. BERNAL, Recuerdo de Álvaro del Portillo, p. 85].
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»Era la primera ordenación de fieles del Opus Dei y fue extremadamente cuidada por el Fundador, tanto por la calidad de los profesores escogidos, como por la categoría humana y espiritual de los candidatos. Como señalaba el Siervo de Dios en una meditación escrita en 1972: “De nuestra formación apostólica y espiritual, así como de la pastoral, no pudimos tener mejor maestro, porque fue el Padre mismo quien se encargó de esta tarea. Fueron constantes las conversaciones en las que nos iba dando normas, consejos, para nuestra futura labor de sacerdotes. No se me pueden olvidar algunos paseos por las afueras de Madrid, en los que caminando, al atardecer, alguna vez nos hablaba el Padre del mejor medio de servir a la Obra”[cfr. Meditaciones, 25.VI.1972, AGP, JHG, E-74, pp. 2-3].
»Por fin llegó el 25 de junio, fecha de la ordenación sacerdotal. Joan Massiá recordaba que: “Nuestro Fundador no asistió a la ordenación; celebró la Misa en Diego de León, ayudado por D. José María Albareda, y luego se quedaron en el jardín para esperar a los nuevos sacerdotes. El primero en entrar por la puerta lateral del jardín fue D. Álvaro y le siguieron D. José María y D. José Luis. Nuestro Padre, que estaba sentado en un banco del jardín, apenas los vio, se levantó como movido por un resorte y fue a besar las palmas de las manos de D. Álvaro que, a su vez, cogió la mano de nuestro Padre para besársela primero. Nuestro Fundador no cedió y entonces se produjo un emocionante y afectuoso forcejeo, difícil de olvidar. Como era de esperar, nuestro Padre acabó besándole las palmas de las manos a D. Álvaro y, a continuación, las de los otros dos”[Testimonio de Joan Masià Mas-Bagà, AGP, APD, T-00503, p. 2].
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San Josemaría con los tres primeros sacerdotes, en Roma, el 25-VI-1969, en el XXV aniversario de su ordenación sacerdotal
»Lógicamente, san Josemaría albergó muchos proyectos de expansión de la labor apostólica con la ordenación de los tres primeros sacerdotes del Opus Dei. Precisamente, años después, el Siervo de Dios recordaba: “Es fácil imaginar al Padre aquellos días, lleno de gozo y de alegría; porque algo cuya necesidad sentía tan a lo vivo, por lo que tanto había rezado y trabajado, se realizaba. Hemos oído decir a nuestro Padre que las ordenaciones de las primeras promociones le habían dado una gran alegría, pero al mismo tiempo también pena. Una pena que no era tristeza, sino el dolor de perder para el apostolado de la Obra a unos laicos mayores, que tanta falta hacían. ¡Éramos tan pocos! Hoy día sigue sufriendo por esta pérdida, pero la labor que realizan por todo el mundo esos hermanos nuestros sacerdotes -elementos de unidad y de servicio- compensa con creces la pérdida que supone la ordenación de nuestros hermanos” [cfr. Meditaciones, 25.VI.1972, AGP, JHG, E-74, p. 1].»